Os propongo una actividad útil, sencilla, divertida y muy creativa. Si tenéis una tarde o unas horas por la mañana que no sabéis cómo llenar, ¿por qué no dedicarlas a crear unos farolillos con vuestros pequeños? Estas pequeñas luces nos pueden servir para decorar, para crear un ambiente más intimo y hasta para ir a esperar a los Reyes Magos… ¡Así será todavía más mágica esa noche tan importante para los más pequeños de la casa!

En cambio, si los decoramos con caras “terroríficas” o con murciélagos… ¡serán ideales para la noche de Halloween!

Hay una cosa que debemos tener siempre en cuenta: cuando encendamos una vela siempre se debe hacer bajo la supervisión de un adulto, ¡y nunca debemos dejar un farolillo encendido si salimos de la habitación!
Necesitamos…
- botes de cristal (tarros de yogur, de legumbres…) o bases de botellas de agua de plástico (recortadas)
- rotuladores
- lápiz
- tijeras
- punzón
- alfombrilla para el punzón
- papel de seda (o papel de celofán)
- papel de cebolla (o papel vegetal)
- limpia pipas
- alambre
- velas planas pequeñas
¡Manos a la obra!
Es una buena idea pedir a los niños que nos ayuden con la decoración. Por ejemplo, podemos hacer nosotros primero los dibujos a lápiz y luego que ellos los repasen con un rotulador (o con un punzón). ¡A los más pequeños les encantará la idea! Así no solo pasamos un rato en familia, sino que además estimulamos su creatividad, desarrollamos su destreza en motricidad fina y potenciamos el trabajo en equipo.
Lo primero que debemos hacer es marcar con un lápiz el papel vegetal y recortarlo, de tal manera que nos quede del mismo tamaño que el tarro que utilicemos. Luego dibujamos con lápiz las figuras decorativas (en este caso, unas estrellas) y le pedimos a nuestro pequeño que las recorte con un punzón. Sinceramente amigos, ver cómo un pequeño de tres años de edad se concentra para que la estrellita le quede bien es genial… ¡pero más bonito todavía es la cara que pone cuando finalmente saca su estrella! Es una actividad realmente gratificante y divertida para todos.
Una vez recortadas todas las estrellas tapamos los agujeros con papel de celofán de diferentes colores para dar alegría a nuestro farolillo. Si lo preferís, podéis emplear un solo color para todas las estrellas o bien utilizar papel de seda… ¡Imaginación al poder!
Ya solo falta pegar con adhesivo de barra el papel con las estrellitas de colores al tarro de yogur.
Lo podéis dejar así o bien hacerle un asa con alambre. Otra alternativa consiste en enrollar el extremo de un limpia pipas de colores alrededor de la boca del farolillo, y luego sujetar el otro extremo del limpia pipas a un palito. Ponemos dentro una vela plana pequeña… ¡y ya tenemos listo un farolillo para ir a esperar a los Reyes Magos!
Aquí tenéis otra decoración pensada para decorar la mesa de la noche de Halloween:
Espero que estos farolillos os hayan gustado y que os animéis a hacer vuestros propios diseños. Con tan solo cambiar la decoración se pueden crear infinidad de motivos para ocasiones especiales… ¡y para iluminar nuestras vidas con luces de esperanza!