El proyecto: una herramienta educativa

Lo que hoy te propongo es que te detengas a profundizar sobre qué significa tener un proyecto.

Te invito a que reflexiones conmigo sobre la importancia que conlleva realizar un proyecto, tanto en la vida adulta como en la vida infantil.

Te lo explicaré, como siempre, con ejemplos reales de mi propia experiencia con mis hijos.

Desde hace tiempo me gusta coser y hacer patrones, y mis hijos me han visto hacerlo desde siempre.

Hace tres semanas escribí un artículo sobre una castaña gigante hecha con tela y cosida a mano. Mis peques siempre muestran interés por lo que hago y quieren ayudarme, pero en aquella ocasión no fue posible ya que ellos no dominan todavía el arte de la costura.

El caso es que Pau se quedó con las ganas de coser y poder hacer alguna cosa con sus propias manos.

Y así, casi sin querer, nació su primer proyecto de costura. En este caso en concreto se trató de la costura, pero eso no es lo importante. Lo que quiero resaltar aquí es

la importancia y los beneficios de plantearse un proyecto.

El primer paso es poner hilo a la aguja
El primer paso del proyecto de Pau fue… ¡poner hilo a la aguja!

El primer proyecto de costura

Mi hijo tenía una motivación y una idea que llevar a cabo: hacer un «estuche-bolsa-gigante» para guardar sus queridos Hot Wheels.

Sin darse cuenta, Pau consiguió plantearse un reto y dar respuesta a una necesidad personal de forma creativa.

Estaba tan motivado que su frase preferida desde que tuvo la idea fue «ho vull fer tot sol» (lo quiero hacer yo solo). Y así fue: ¡no me dejó dar ni una sola puntada!

Solo dejó que lo ayudase en indicarle los pasos, en hacer algún que otro nudo y en dibujar el patrón para el motivo decorativo.

Entendí que el valor de ese proyecto era que lo llevase a cabo él solo, aunque el acabado y las puntadas no fuesen perfectas.

Este fue su proyecto:

Proyecto de costura acabado
Estuche para guardar coches de juguetes.

La importancia de tener un proyecto propio

Un proyecto es un emprendimiento. Tener un proyecto te aporta ilusión, te agudiza los sentidos, te estimula la imaginación, da rienda suelta a tu creatividad e incrementa tu capacidad de resolver problemas de forma ingeniosa e imaginativa.

No tiene por qué ser un proyecto espectacular para que te aporte estos beneficios. Puede ser un proyecto de costura, pero también cualquier otro tipo de proyecto: planear una excursión, hacer un huerto urbano, etc.

Aquí puedes observar la concentración y el esmero con que Pau se entregó a su proyecto.

Concentración en el proyecto de costura

Te lo vuelvo a remarcar, porque creo que es importante: el tipo de proyecto no importa. Podría ser cualquier actividad que se te ocurra, o alguna de las muchas que encontrarás en este blog (por ejemplo, cómo hacer atrapasueños para niños). La importancia recae en cómo gestionas el proyecto, y en saber utilizarlo como una herramienta en tu vida cotidiana.

Una potente herramienta educativa que te ayudará a unirte más a tus hijos.

¿Crees que exagero?

Te pondré un ejemplo.

Imaginemos que tienes un adolescente en casa, y que vuestra relación pasa por momentos un poco delicados. Imaginemos también que ya no sabes cómo acercarte a él, cómo motivarlo y cómo mejorar tu relación.

Pues bien: aquí es donde te iría de perlas tener un proyecto en común con él. Podría ser, por ejemplo, planear unas vacaciones familiares, pintar la casa o arreglar el jardín.

Fases de un proyecto

Un proyecto consta de cuatro fases:

  1. diagnóstico (reconocer una necesidad previa)
  2. diseño (planear cómo será el proyecto y cómo se desarrollará)
  3. ejecucion (el proceso de hacer realidad el proyecto)
  4. evaluación (análisis del resultado)

Parece sencillo, pero para un niño de 7 años este proceso de cuatro pasos es bastante importante, además de que es una manera de afrontar la vida muy contundente y positiva.

El éxito del proyecto

Para que el proyecto te sirva como herramienta educativa o de unión con tus hijos debe cumplir un requisito primordial:

debe ser motivador para los niños o adolescentes.

La clave para que sea motivador es que solucione una necesidad o una inquietud real del niño o del adolescente. Debe estar planteado sobre un tema que les despierte interés.

Si tu hijo no siente el menor interés por la jardinería… ¡no le propongas arreglar el jardín!

En el caso de Pau, su motivación principal fue la necesidad de transportar sus cochecitos de metal, que tanto le gustan, de un lado a otro.

Estuche gigante para transportar Hot Wheels
¡Está encantado con su estuche gigante!

Puede tratarse de un proyecto individual o de un proyecto de familia. Todo dependerá de la necesidad o el planteamiento que motive el proyecto.

Superar las dificultades que surjan en cualquier fase del proyecto también supondrá un aprendizaje para tus pequeños y para ti mismo.

Porque lamentablemente…

No todo es coser y cantar

En el transcurso de su proyecto, Pau tuvo que descoser alguna costura y volverla a coser.

Descosiendo las puntadas

Y aunque al principio se enfadó… 😡

…¡luego le pareció divertido y todo! 😀

Enhebrar la aguja no fue misión imposible… pero su cara al intentarlo era un poema.

Enhebrando la aguja
¡Yo no me rindo!

¿Estás de acuerdo en que es bueno tener un proyecto?

¿Tu peque ya ha llevado a cabo algún proyecto?

Puedes expresar lo que piensas al respecto o cualquier duda que tengas en los comentarios.

Estaré encantada de conocer tu opinión. 😉

1 comentario en «El proyecto: una herramienta educativa»

  1. Se me olvidaba decirte que un proyecto es tan útil para trabajar los aspectos positivos como los negativos. Por ejemplo, la frustración de no conseguir llevar a cabo el proyecto de principio a fin. Pero tal vez sea mejor que eso te lo explique en otro artículo ¿no crees?

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