¿A tus hijos les gusta la canela? Es posible que sientan que tiene un sabor demasiado intenso y no les guste.
O por el contrario, ¡a lo mejor les encanta!
Podrás descubrirlo si te animas a hacer estos deliciosos panecillos de canela y chocolate.
Son ideales para el desayuno, la merienda y para llevarlos al cole para coger fuerza y energía a la hora del patio.
Los panecillos de canela y chocolate son exquisitos, y además su pequeño tamaño los hace ideales para que tus hijos los disfruten a cualquier hora del día.
Los puedes acompañar con mantequilla, chocolate, con una cucharada de miel… ¡o simplemente solos!

La receta es sencilla y no requiere amasado, pero sí tiene un proceso de fermentación un poco largo (unas 24 horas).
Como es habitual en mis recetas, tus niños disfrutarán entrando en la cocina y ayudándote a preparar estos deliciosos panecillos de canela con pepitas de chocolate.
¿Quieres saber cómo se preparan? Sigue leyendo que te lo contaré con todo detalle.
Sin embargo, antes de comenzar quiero comentarte que puedes escoger entre la canela Cassia y la canela de Ceilán. Te recomiendo la canela de Ceilán. Es más costosa pero tiene muchos beneficios… aunque también tiene algunas contraindicaciones.
Beneficios de la canela de Ceilán
- anticoagulante
- antiinflamatoria
- antibacteriana
- ayuda a abrir el apetito
- detiene la diarrea y el vómito
- regula el nivel de azúcar en la sangre
- ayuda a mantener el nivel correcto de colesterol y triglicéridos
- aporta vitaminas y minerales
Contraindicaciones de la canela de Ceilán
- su consumo en embarazos puede provocar abortos
- no se recomienda en menores de 2 años
- no debe ser tomada por personas que sigan un tratamiento con anticoagulantes, ya que potencia el efecto del medicamento
Una vez vistos los pros y los contras de la canela de Ceilán, ya estamos listos para preparar estos delicioso panecillos dulces de canela y chocolate.
¡Vamos allá!
Necesitas…
- 500 g de harina integral (la harina blanca también sirve)
- 175 ml de agua
- 175 ml de leche
- una cucharadita de sal
- 60 g de azúcar moreno (o azúcar blanco, como prefieras)
- 30 g de cacao en polvo
- 15 g de canela en polvo
- 50 g de mantequilla
- 12 g de levadura
- 3 ramas de canela
¡Manos a la obra!
Pon la leche a hervir con las ramas de canela durante unos minutos, hasta que coja el sabor y el aroma de la canela.
Luego retírala del fuego, cuela la leche, mézclala con el agua y resérvala por unos minutos.
❗ Es importante que la leche esté bien fría antes de continuar.

En un bol suficientemente grande pon la harina y los demás ingredientes. Los puedes agregar de uno en uno o todos a la vez. Yo prefiero hacerlo de uno en uno.
Mezcla bien hasta que todo quede integrado, y la mantequilla se haya derretido por el calor de tus manos. Asegúrate de que no queden grumos de mantequilla.

Cuando todos los ingredientes secos estén bien mezclados, ya puedes empezar a agregar lentamente la mezcla de leche y agua.
Verás que poco a poco la harina irá absorbiendo el líquido. Añádele un poco más, lentamente, y sigue así hasta que lo hayas añadido todo.
Se irá formando una masa pegajosa que tendrás que trabajar durante 3 o 4 minutos, hasta que te quede bien integrada y no se pegue al bol.
(Puedes hacer todo el amasado dentro del bol, no hace falta que saques la masa de éste.)
La masa irá cogiendo una forma cada vez más firme, y al final ya solo se pegará a tu mano. Límpiate la mano con un poco de harina.
Solo te faltará dejar reposar la masa. Acuérdate de taparla con un trapo húmedo o con film transparente.
Pasadas unas horas tendrás que darle un poco de aire a la masa. Retira el film transparente, coge la masa por un lado, estírala un poco y dóblala sobre el resto de la masa.
Se trata de ir doblando las cuatro esquinas o «lados» de la masa sobre si misma para que coja un poco de aire.
De esta manera irás amasando la masa sin ningún esfuerzo. Solo tendrás que repetir este paso 4 o 5 veces.
Lo siguiente que debes hacer es añadir la levadura. Para ello empieza por enharinar una superficie lisa y limpia.
Saca la masa del bol, estírala un poco y en el centro pon la levadura desmigada en trozos pequeños.
Añade muy poca agua, lo justo para deshacer la levadura.
Con la yema de los dedos deshaz la levadura y amasa para integrarla a la masa.
La masa se volverá pegajosa, pero solo por un momento. Amásala hasta que quede lisa y no se pegue.
Puedes añadir un poquito de harina para ayudarte, pero cuidado: si añades demasiada harina modificarás las proporciones de los ingredientes.
Ahora solo tienes que dejar la masa en forma de bola dentro del bol donde la amasaste previamente. Tápala de nuevo con un film transparente o con un trapo húmedo.
Déjala leudar 2 o 3 horas.
Transcurrido este tiempo la masa habrá doblado su tamaño, y de hecho ya se podrían formar las piezas y hornearlas.
Pero no lo hagas todavía.
Ten paciencia y déjala en la nevera toda la noche. 😉
A la mañana siguiente…
Saca la masa de la nevera y prepárate un café o un té. Mientras tanto, la masa irá cogiendo la temperatura ambiente.
Cuando la masa ya no esté fría, enharina una superficie limpia y plana para formar los panecillos.

Divide la masa en pequeñas porciones. Puedes ayudarte de una cuchara para que luego los panecillos te queden más o menos iguales.
Si haces las porciones todas del mismo tamaño se hornearán en el mismo tiempo. Así evitarás que unas te queden más crudas o quemadas que las otras.
Consejo. Para asegurarte de que las bolas tienen el mismo tamaño es mejor que las peses. El peso ideal es de 35 g por bola, más o menos.
Ahora les toca a los niños 😉
Los más pequeños ya se habrán levantado de la cama, así que pídeles que te ayuden a formar las bolas. Eso les encantará, y de paso no estarán dando vueltas en pijama por toda la casa.
Diles que se pongan un poco de harina en las manos para que la masa no se les pegue y… ¡a hacer bolas como locos!
No te preocupes, déjalos que te ayudan en el proceso de formar las bolas para los panecillos de canela. ¡Ya verás que quedarán perfectas!

Pon las bolas en la bandeja del horno encima de papel de hornear.
Los niños pueden ayudarte a decorar las bolas con las pepitas de chocolate.
Horneado de los panecillos de canela y chocolate
Prepara el horno. En la parte inferior del horno pon un recipiente (apto para el horno) con agua.
Enciende el horno arriba y abajo.
Cuando hayan pasado 5 o 6 minutos mira si el agua del recipiente ha empezado a hervir.
Cuando esté a punto de hervir introduce los panecillos de canela a media altura, y déjalos unos 6 o 7 minutos a una temperatura de 250 ºC.
Luego abre el horno y mira si los panecillos han cogido color. Baja la temperatura a 170 ºC y déjalos 2 o 3 minutos más.
Ahora viene el truco del Chef. 😉
Vuelve a abrir el horno y funde un poco de mantequilla con azúcar por encima de los panecillos.
Cierra el horno y deja que la mantequilla se derrita del todo.

Los panecillos están listos.
Deja que se enfríen un poco y… ¡a disfrutar!
(Calentitos están todavía más ricos…)

Espero fervientemente tus comentarios. 😀
Me encantan estos panes, aunque el proceso sea largo y costoso, merecen la pena. Te tomo la receta. Un besete.
El proceso sí es un poco largo, pero seguro que si tus niños te ayudan será muy agradable el rato que paséis juntos. Se puede reducir el tiempo de elaboración (el reposo de la masa), pero sale perjudicado el sabor. Ya me dirás si los pruebas, ¡te van a encantar!
Un abrazo. 😉