Hoy te propongo una nueva misión: ir a buscar moras silvestres. ¿Sabes qué son las moras? Supongo que sí, ya que creo que todos cuando eramos pequeños habíamos comido moras silvestres alguna que otra vez.
Es una de las cosas que recuerdo de mi infancia: estar jugando con mis hermanos en la riera que había cerca del huerto e ir a comer moras silvestres a diestro y siniestro…
Todavía me siguen gustando las moras de golosinas y prefiero las negras a las rojas. Supongo que son cosas del subconsciente.
Si no sabes qué son las moras silvestres y no las has probado nunca, no te preocupes: te explicaré cómo reconocerlas y cuáles son sus propiedades.
Y no solo eso, sino que disfrutaremos una vez más de una misión en la naturaleza. Nos transformaremos nuevamente en recolectores, y nuestra nueva misión de exploradores será recolectar moras silvestres.
De esta manera pasarás unas horas junto a tu familia y disfrutando de la naturaleza. Los más pequeños conocerán, sin darse cuenta, otra maravilla de la naturaleza: las moras silvestres.
Tus niños aprenderán a respetar a la madre tierra y a valorar los beneficios que les aportan las moras silvestres.
Identificación y recolección de las moras silvestres
Estas pequeñas cosas negras y rojas son las moras silvestres:
No hay que confundirlas con las moras de las moreras (moras de árbol). Las que ves en las fotos (y las que vas a utilizar) son las moras silvestres, que son los frutos de las zarzamora. Son familia de las rosáceas.
Además de reconocer las moras debes tener muy en cuenta a las zarzas. Es interesante ser consciente de que te pueden arañar y clavar sus púas al intentar recolectar sus dulces moras…

Las hojas de las zarzas también nos pueden aportar beneficios para nuestra salud, pero en este artículo nos centraremos únicamente en las moras silvestres.

Cuando recolectes las moras debes tener en cuenta unos cuantos puntos:
- recoge solo las moras negras y brillantes
- la altura que te recomiendo para coger las moras es por encima de la cintura. No recojas moras que estén más abajo, ya que podrían estar sucias de orines de animales
- ten cuidado de que no haya ninguna telaraña en las moras, ni ningún animalito entre los frutos que recojas
- protege tus manos con guantes para no pincharte con las espinas de las zarzas
- no te olvides de ir vestido adecuadamente para ahorrarte pinchazos y sorpresas inesperadas: lleva pantalón largo y los pies cubiertos
Si tienes estos puntos en cuenta a la hora de recolectar las moras tendrás una cosecha exitosa.
Los dos últimos puntos están pensados en especial para los más pequeños, aunque si son cuidadosos no necesitarán guantes. También está «bien» que se pinchen un poco para que valoren lo que cuesta recoger las moras, aunque eso ya va a gusto del consumidor…

Lo que más le gustará a tu peque será cogerlas y comerselas en ese mismo lugar, de la zarza a su boca.
Si es demasiado pequeñín, cógelo en brazos para que coja las de arriba de todo (para que estén más limpias), o pídele que se espere a limpiarlas antes de comerlas.

He de decir que mis dos pequeños ayudantes se portaron muy bien. Después de saborear algunas moras se pusieron en serio ¡y llenaron los tuppers hasta arriba!



¡Ojo! La moras silvestres no se conservan más de 3 días en la nevera. A ser posible, es preferible consumirlas el mismo día.
Una rica mermelada de moras silvestres
Para esta ocasión he elegido preparar una mermelada de moras silvestres, pero hay mil y una recetas que puedes hacer con las deliciosas moras silvestres.
Bizcochos, tartas, pastelillos, cremas, jaleas, salsas… Estas pequeñas delicias tienen una amplia versatilidad en el mundo culinario.
Hasta puedes hacer un rico helado de moras como nos sugiere Maribel de Una pizca de hogar. O estos sencillos pero exquisitos hojaldritos de moras de Goyo y su blog I Cake 4U.
Necesitas…
- 500 g de moras silvestres
- azúcar moreno o de caña (si lo prefieres puedes utilizar azúcar blanco)
- 1/2 limón
Una vez que tengas los ingredientes preparados solo te faltará lavar las moras silvestres cuidadosamente.
Es preferible lavarlas a puñados pequeños, así te aseguras que todas queden bien limpias. Sácales cualquier rabito y desecha aquellas que no veas enteras, fuertes y brillantes. Es la mejor forma de asegurarte una buena mermelada.
Primero te explicaré la receta, luego el proceso de envasado y por último cómo decorar el envase.
¿Listo para preparar la mermelada de moras?
¡Vamos allá!
Receta de mermelada de moras
Esta receta requiere dos fases de cocción.
Primera cocción
Dispón las moras silvestres en una cacerola con 2o g de azúcar (dos cucharaditas de café aproximadamente) y el jugo de 1/2 limón.




(Si el consumo se hará en pocos días y la cantidad no es excesiva, puedes saltarte el paso del limón.)
Pon las moras a fuego vivo con la cacerola tapada unos 10 minutos.
Cuando pasen los 10 minutos retira la cacerola del fuego y tritura las moras. Es mejor hacerlo en una batidora de vaso para evitar las salpicaduras, ya que las moras están muy calientes.


Cuélalas con el colador para separar las semillas de la sustancia de la fruta. (Si te gusta que en la mermelada haya semillas no las pases por el colador.)

Pesa lo que ha caído en el bol. Añade un 40% del resultado en azúcar.
Es decir, la proporción de azúcar será un poco menos de la mitad del peso de las moras silvestres.
En mi caso obtuve unos 300 g de hervir la mora sin las semillas, así que añadí 12o g de azúcar.




Consejo. ¿Recuerdas que te dije que conservaras las semillas? Con ellas podrás obtener un poco de jugo de moras silvestres, nunca se sabe si luego lo vas a necesitar. Es muy fácil obtener el jugo. Cuando en el colador te queden solo las semillas de las moras silvestres, échales un poco de agua por encima (preferiblemente caliente), y te saldrá un líquido que será tu jugo de moras silvestres.
Déjalo enfriar y resérvalo.
Puedes beberlo en el desayuno como zumo de moras silvestres, o tal vez puedas añadirlo en una salsa o en una crema para tartas.
Segunda cocción
Una vez lo tengas de nuevo en la cacerola con el azúcar correspondiente, tápalo y ponlo a fuego vivo hasta que empiece a hervir.

Cuando alcance el punto de ebullición, baja el fuego y déjalo a fuego lento unos 20-25 minutos, esta vez sin la tapa y removiendo para que no se pegue.
Truco. Si tu mermelada ha quedado demasiado sólida después de enfriar y te apetece más líquida, no te preocupes: añádele un poco del jugo de semillas de moras silvestres que reservaste previamente… ¡y listo!
Envasado de la mermelada de moras
Puedes conservar la mermelada en un tarro de cristal y al vacío durante un par de meses.
Para conservar la mermelada necesitarás algunos tarros de cristal. Búscalos bien bonitos.
Luego podrás regalar alguno a tus familiares o amigos. ¡Verás qué contentos se ponen!
Los tarros deben estar totalmente limpios y secos, sin olores ni restos de lo que contenían anteriormente.
La esterilización de los botes
Te aconsejo que la lleves acabo el día que vayas a utilizar los tarros.
Pon a hervir en una olla (un poco grande) agua suficiente para que cubra los tarros de cristal. Pon la tapa y deja que hierva durante 20 o 30 minutos. Hay que contar el tiempo a partir del momento en el que el agua empiece a hervir.
Luego retira la olla del fuego, deja enfriar el agua y saca los tarros con unas pinzas para no contaminarlos (puedes aprovechar para esterilizar las pinzas junto con los botes). Deja que se sequen al aire.
Cuando los tarros estén bien secos estarán esterilizados y ya los podrás llenar.
Llena el tarro hasta arriba para evitar que cuando lo cierres quede aire entre la tapa y la mermelada.
Durante el proceso de llenado asegúrate de que no quedan burbujas de aire en la mermelada. Puedes dar un par de golpes secos para ir sacando el aire.
La mermelada debe estar caliente cuando la envases.
Tapa el tarro herméticamente… et voilà!
Ponlo a hervir de nuevo con la mermelada dentro del tarro para una mejor conserva. Déjalo hervir entre 30 y 45 minutos, aunque dependerá del tamaño del bote y de la conserva que hagas.
En mi caso lo dejé 40 minutos. Es preferible pasarte de tiempo que quedarte corto.
Luego sácala de la olla y déjala 24 horas con la tapa para abajo. Esto ayudará hacer el vacío.
Decoración del tarro de mermelada de moras
Consiste sencillamente en dibujar un círculo con el diámetro un poco más grande que el tarro en tela o papel.

Recorta el círculo con una tijeras de sierra. Con ayuda de una cinta o de lo que tengas a mano (en mi caso un limpia pipas) sujétalo al tarro.
No lo pegues a la tapa para que al limpiarlo te sea más higiénico. De esta manera lo podrás volver a utilizar.
En una cartulina recorta un rectángulo y escribe la fecha y el nombre de la conserva para hacer el etiquetado.
Te quedará algo así:
Esta mermelada casera es ideal para acompañar las tostadas encima de la mantequilla. También la puedes añadir a los yogures naturales.
¡Disfruta con tu familia de hacer las cosas con tus propias manos! Es lo mejor que les puedes enseñar a los más pequeños.

Puedes dejarme tus comentarios a continuación. ¡Me hará mucha ilusión contestarte! 🙂
Genial, Felicitaciones!!!! Suelo hacer casi todo parecido a lo que has descripto, para mí es el súmun de las mermeladas !!!!