Me encantan las almendras y también los almendros, sobre todos aquellos en los que jugaba cuando era niña.
Por eso, ahora que tengo niños, no puedo dejar de prepararles esta bebida tan refrescante: la deliciosa leche de almendras.
Es una bebida que me gusta servir bien fría y que tiene un sabor característico muy especial.
Y lo mejor de todo es que solo tiene ingredientes naturales.
Así que si a ti también te gustan las almendras… ¡no dejes de leer esta entrada!
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La leche de almendras y mi infancia
Recuerdo a mi madre en la cocina las tardes de verano con un puñado de almendras que acababa de recoger del huerto. Las pelaba cuando todavía estaban medio verdes y con ellas hacía lo que ella llamaba horchata de almendras.
También nos dejaba comer las almendras machacadas… ¡estaban buenísimas!
Ya ves, recuerdos de mi infancia que me traen con cariño de vuelta a mi madre.
Y me alegro de recordar esos momentos y de poder compartirlos con mis pequeños y, como no, también contigo.
Mi madre nos dejaba comer las almendras en el punto justo después de cuajar el fruto, o sea cuando las almendras estaban recién formadas. Tenían una corteza blanca y un líquido gelatinoso transparente y… ¡oooh, que buenas que estaban!
La almendra, esa gran desconocida
Mientras buscaba material para preparar esta entrada he aprendido muchas cosas interesantes sobre las almendras. Te he preparado una infografía con algunos datos que me han llamado la atención.
¿Sabías que…?
La receta de la leche de almendras es muy antigua. En la edad media la leche de vaca era difícil de obtener y de conservar, y las recetas medievales solían utilizar en su lugar leche de almendras. La receta aparece ya en Le viandier de Taillevent, un libro de cocina… ¡del siglo XIV!
Necesitas…
- 50 gr de almendras naturales
- 20-25 gr de azúcar integral de caña
- 1 L de agua natural a temperatura ambiente
También necesitas una batidora de mano y un colador de tela.
¡Manos a la obra!
Ya verás qué sencillo. Solo tienes que seguir estos cuatro pasos:
- Pon las almendras bien escurridas en el vaso de la batidora y añádeles una taza de agua o un poco más, hasta cubrir las almendras.
- Bátelo durante cinco minutos más o menos. Después añádele el resto del agua y azúcar a tu gusto. Bate de nuevo durante otro minuto aproximadamente.
- Déjalo reposar entre 5 y 10 minutos en el vaso de la batidora.
- Cuela la mezcla y exprímele la pulpa para aprovechar toda la sustancia de las almendras.
¡Y ya tienes preparada la leche de almendras! 🙂
Es muy fácil, ¿verdad?
Si la dejas en la nevera durante un par de horas y la sirves bien fresquita, ya verás que a tus niños les encantará.
Esta es la receta que preparaba mi madre cuando yo era pequeña. Las cantidades las he medido yo puesto que no tengo la receta escrita, pero he comprobado que con estas proporciones la leche de almendras queda muy rica.
Puedes modificar la cantidad de azúcar si lo deseas o simplemente no ponerle (en este caso el sabor a almendras será muy intenso).
Espero que te animes a preparar esta bebida tan deliciosa y nutritiva.
¡Y no dejes de escribirme un comentario! 😉