Hace ya unos cinco años y medio que escribí una carta en la que intentaba expresar lo que sentía al darle de mamar a mi hijo. Estaba dirigida a un grupo de lactancia al que asistía, donde se animaba a las madres a que dieran de mamar a sus hijos y, a la vez, se le daba apoyo a las mujeres que ya lo hacían. En el grupo de lactancia podíamos compartir y aprender de la experiencia de otras madres.

Por aquel entonces mi hijo tenía unos seis meses y hasta aquel momento practicábamos lactancia materna exclusiva a demanda. Mi carta decía así:
Tengo la necesidad de compartir con vosotras lo que hoy siento. Mi pequeño ha cumplido ya los seis meses. Y el otro día, por primera vez, le dimos otra cosa que no fuese leche materna. Herví un poquito de manzana y luego la machaqué con un tenedor. Y cuál fue mi sorpresa cuando el peque cogió con su manita la cuchara y se la llevó a la boca (por curiosidad, supongo). Así que poco a poco, y haciendo caras raras, se comió tres o cuatro cucharaditas. Hoy le hemos dado patata hervida ¡y pedía la cuchara! Luego le di teta, se quedó dormido… y fui consciente de que se hace mayor. Y también de que me encanta darle teta, porque me hace sentir bien. Y no puedo describir lo que siento cada vez que lo hago, porque creo que es simplemente amor y no se puede definir con palabras. Porque no es solo el hecho de alimentarlo, sino de todo lo que me hace sentir y de lo que él siente. De sus caricias con sus manitas en mi cara mientras mama, y sus miradas con esos ojos tan grandes y bonitos. Sé que irá probando otros alimentos, y que poco a poco irá dejando de mamar. Me gustaría decidir cuándo dejará de mamar (¡que si fuese así, hasta los dos o tres años no sería!), pero soy consciente de que lo decidirá él mismo con el paso del tiempo. Solo espero y deseo que sea lo más lejos posible de este día. Y mientras esto no ocurra pienso disfrutar al máximo de estos momentos de complicidad y cariño entre nosotros. Y se acabe cuando se acabe (porque sé que se acabará), que sea lo más maravilloso que me ha pasado nunca, como lo fue mi embarazo.
He querido compartir este escrito porque todavía hoy me sorprendo cuando oigo a mujeres que critican a otras mujeres por dar el pecho a sus hijos. Y cuanta más edad tengan los bebes, los comentarios negativos suelen ser más fuertes. A mi nunca me pasó, pero sé por el grupo de lactancia que habían sitios «vedados» para mujeres que dieran el pecho, por considerarse «mal visto».
Para mi no hay nada más bonito que una madre amamantando a su pequeño, porque este hecho lo concibo como un acto de necesidad y, como no, un gran acto de amor.
Yo solo puedo dar mi humilde opinión como madre de dos preciosos niños. No me avala nada más que mi experiencia y algunas buenas lecturas de reconocidos pediatras, como la del Dr. Carlos González y su libro «Un regalo para toda la vida«, entre otros.
Creo que no hay nada de malo en dar el pecho a un niño. Yo solo he encontrado beneficios psicológicos, emocionales e inmunológicos, pero ninguna contraindicación, ninguna parte nociva para el bebé ni para la mamá. Pese a que hubieron momentos difíciles (mastitis, cansancio, etc.), el hecho de poder amamantar a mis niños lo recuerdo como algo entrañable.
Luego tuve a una niña preciosa y también le di el pecho hasta los dos años y medio. Ella sola se destetó sin llantos. El niño mamó hasta prácticamente los tres años, y dejó de mamar poco después de que naciera su hermanita. Creo que toda mujer tiene derecho a decidir si quiere o no dar el pecho. Y si decide hacerlo, solo ella y su bebé deben decidir hasta cuándo hacerlo, sin tener que oír murmullos y comentarios fuera de tono ni sentirse cuestionadas por nadie. Esa es mi humilde opinión. Dar o no el pecho lo debe decidir la mujer en cuestión, porque solo una misma se conoce y sabe de sus circunstancias. En todo caso, el resto debemos respetar su decisión y no ponerla en tela de juicio, tanto si decide dar el pecho como si no.
Si estás esperando un bebé quiero decirte dos cosas. La primera, lee sobre el tema e infórmate todo lo que puedas antes de decidir si darle o no el pecho. Y la segunda… ¡muchas felicidades! Ser madre es una de las cosas más maravillosas del mundo.