El significado que se le otorga a la palabra fracasar es:
- No producir (cierta cosa) el resultado deseado o previsto.
- No conseguir lo que se pretende en cierta actividad.
En cambio, para mí fracasar es no intentar, no llevar a cabo o no concluir algo, ya sea en la vida o en un proyecto.
Voy a desarrollar un poco más este concepto, y lo haré desde la perspectiva de los proyectos; concretamente, de los proyectos de cartonaje.
Causas habituales del fracaso
Estas son las causas habituales del fracaso:
- No tener en cuenta la cantidad de horas y esfuerzo que requiere un proyecto para que salga bien.
- La falta de la autodisciplina necesaria para mantener la motivación en las partes más tediosas del proyecto.
- Perder el interés en el proyecto y el aprendizaje que nos aporta.
- Tener poca tolerancia a la frustración.
- No iniciar el proyecto, ya sea por pereza, miedo o inseguridad.
¿Cuándo fracasa un proyecto?
Como he dicho antes, considero que un proyecto fracasa cuando no se lleva a cabo, ya sea que muera antes de nacer o que muera una vez iniciado.
Vamos a ver ambos aspectos con más detalle.
Fracaso de un proyecto antes de nacer
Todo ser humano ha experimentado alguna vez el miedo a fracasar. Desde que somo niños hasta que morimos, somos vulnerables a experimentar un fracaso tras otro a nivel vivencial.
Es totalmente normal que nos pase lo mismo cuando nos planteamos emprender un nuevo proyecto.
Sin embargo, si no sabemos manejar la situación, si no somos capaces de gestionar la frustración, si ante cualquier problema que surja nos bloqueamos, ni tan solo seremos capaces de iniciar el proyecto.
Te pondré un ejemplo:
Supón que una persona encuentra (en un libro o un blog) un proyecto de cartonaje que le apetece mucho hacer. Sin embargo, al cabo de un tiempo piensa que tal vez sea demasiado difícil para ella ─ya que no es muy habilidosa con las manos─ y finalmente decide no hacerlo.
Desde mi punto de vista, esta persona ha fracasado, ya que ha preferido no salir de su zona de confort y afrontar el reto.
Cuando renunciamos a hacer algo porque pensamos que no conseguiremos un resultado óptimo, y descartamos la posibilidad de probar, de experimentar y de equivocarnos, nos estamos privando de crecer. El miedo al fracaso nos paraliza y estanca.
Fracaso durante el desarrollo del proyecto
Una vez iniciado el proyecto, es posible que no nos acabe de salir como esperábamos y que esto nos cause frustración o bloqueo.
Esto puede deberse a diferentes causas; por ejemplo:
- falta de formación
- falta de experiencia
- material inadecuado
- expectativas demasiado altas
- pérdida de interés o desmotivación

Voy a ampliar el concepto con el mismo ejemplo de antes: una persona que quiere realizar un proyecto de cartonaje pero que no es demasiado «manitas».
Al principio seguirá los pasos con entusiasmo y optimismo. Ahora bien, supongamos que en medio del proceso hay una técnica difícil que dicha persona no realiza correctamente, a pesar de haber puesto en ello su mejor voluntad.
Como consecuencia, el proyecto no le queda exactamente como debería.
Ante esta situación, la persona puede tener dos respuestas:
- el abandono del proyecto ─que es lo que suele pasar la mayoría de las veces─ o bien
- una respuesta positiva ante el «fracaso».
La segunda situación, desde mi punto de vista, no se debería considerar un fracaso sino más bien un falso fracaso.
Cuando se presenta un falso fracaso, si la actitud que adoptamos es volver a iniciar el proyecto, estaremos avanzando; realizaremos así un proceso de aprendizaje y salvaremos el obstáculo, al mismo tiempo que mejoramos nuestros conocimientos y habilidad.
Al superar la frustración a fracasar, crecemos como personas.
Cabe otra posibilidad: que la persona decida obviar el problema y seguir adelante con el proyecto de todos modos.
Es muy posible que el resultado no llegue a buen puerto, lo cual sería un fracaso según la definición habitual de la palabra. Sin embargo, desde mi punto de vista volvería a ser un falso fracaso, ya que la persona asumió la falta de formación, habilidad y experiencia, y a pesar de ello se llevó a cabo el proyecto siendo totalmente consciente de sus «fallos».
Paradójicamente, esta actitud ante los falsos fracasos nos previene de fracasar en el futuro, ya que nos hace ganar experiencia, formación y habilidad.
Cómo afrontar un fracaso en un proyecto de cartonaje
Si ya has elegido tu proyecto y te has puesto manos a la obra, pero no está saliendo como estaba previsto, no te preocupes.
Tanto si te dedicas al cartonaje como hobby o como una profesión, no tengas miedo a fracasar. Lo importante es llevar a cabo el proyecto y no desistir de tu objetivo, a pesar de los problemas que puedan surgir.
La mejor manera de afrontar un fracaso en un proyecto es aprender de los errores y no volver a cometerlos. Si el proyecto de cartonaje es de creación propia, te será muy útil establecer una metodología de trabajo, ya que es más difícil equivocarse cuando se sigue un método. Dicho método debe ser revisado y modificado en cualquier punto que presente dificultad o mala resolución.
A pesar de esto, recuerda que el cartonaje es una creación artesanal. Una pieza artesanal normalmente tiene pequeñas peculiaridades que la hacen especial, dándole carácter y exclusividad; así que no te obsesiones en que te quede «perfecta».
Si el proyecto de cartonaje que estás realizando lo has sacado de un libro o un blog, asegúrate de que has seguido correctamente todos los pasos y que has utilizados los materiales requeridos.
Tampoco te frustres si vuelves a intentar de nuevo el proyecto y sigue sin salirte bien. (Si puedes, contacta con la persona responsable de dicho libro o blog para que te ayude a resolver tus dudas o dificultades).

Lo más importante es que no te bloquees y no abandones el proyecto de cartonaje, para lo cual puedes contemplar tres alternativas:
- Comenzar de nuevo el proyecto desde cero.
- Seguir adelante a pesar de las dificultades del proyecto, asumiendo que en este primer intento el resultado no será perfecto.
- Aprender mejor la técnica y practicar el paso conflictivo para poder superar el obstáculo.
¿Por qué fracasan los proyectos de cartonaje?
A veces, los proyectos de cartonaje «fracasan» porque no son adecuados a nuestro nivel. Cuando no se domina bien la técnica es fácil sentirse frustrado si las cosas no salen como uno quiere. Esto provoca una pérdida de motivación que suele desembocar en el abandono del proyecto.

Por eso, es recomendable saber cuál es el nivel del proyecto (principiantes, medio o avanzado) y si se ajusta a nuestro propio nivel.
También es bueno tener en cuenta si el libro o el blog dispone de algún método de contacto para resolver las dudas y problemas que surjan durante la realización del proyecto.
Otra de las causas que pueden llevar al fracaso de un proyecto de cartonaje son los materiales. Para realizar una pieza de cartonaje se requieren materiales específicos como cartón, papel, tiradores y pinturas; si estos no se corresponden exactamente con los que se especifican en la ficha, es posible que el proyecto de cartonaje fracase.
No hacer un boceto al crear un proyecto desde cero también puede llevar al fracaso, ya que el boceto forma parte del proceso creativo del proyecto. Si el boceto no está bien realizado, o si no es tomado en cuenta a la hora del diseño, es probable que el proyecto esté condenado al fracaso desde el inicio.
¿Qué puedo aprender del fracaso de un proyecto de cartonaje?
Los fracasos te hacen reflexionar sobre dos cosas muy valiosas: ser consciente de lo que estás haciendo, y para qué lo estás haciendo.
Para explicarme mejor, voy a dividir los proyectos en dos tipos:
- Proyectos de creación propia
- Proyectos a partir de un modelo (ficha, libro, blog, etc.)
Proyectos de creación propia
Si eres capaz de crear tus propios proyectos de cartonaje, seguramente ya tienes una habilidad y conocimientos avanzados. Pese a eso, puede ser que inconscientemente te pasen por alto puntos importantes del proyecto.
Ser consciente de dichos puntos evitará que tu proyecto caiga en un falso fracaso.
¿Cuáles son los puntos que debes vigilar para que no tener un falso fracaso? Estos son los principales:
- Planificación global del proyecto
- Realización del boceto
- Complejidad
- Materiales
- Herramientas
- Detalles del proyecto
Normalmente los «fallos» suelen cometerse en los tres primeros puntos.
Proyectos a partir de un modelo
En estos casos, los puntos anteriores ya suelen estar resueltos, o como mínimo planteados. (Si no es así, quiere decir que no estás usando buenos modelos, y lo mejor que puedes hacer es descartarlos).
En efecto, en este tipo de proyectos se deben tener en cuenta las medidas, las herramientas, los materiales y un dibujo o boceto de la pieza. También se debe indicar el sentido de la fibra del cartón, entre otras cosas.
Los pasos para realizar las técnicas deben estar bien explicados con todo lujo de detalles (sobre todo si no se trata de cursos presenciales).
No menos importante es que, cuando elijas el proyecto, seas honesto contigo mismo y selecciones uno acorde con tu habilidad y conocimientos.
Si no tienes en cuenta todos estos factores, es posible que termines por abandonar el proyecto, y por lo tanto fracases.
Conclusiones
El fracaso forma parte del proceso de aprendizaje. Lo importante es intentarlo y emprender proyectos.
Es probable que fracasemos, pero este «fracaso» nos dará la oportunidad de reflexionar y aprender. Aprender es avanzar, mejorar y cambiar; en definitiva, todo lo contrario a fracasar.
Si no te convencen mis palabras, tal vez te convenzan las de Edison. Antes de conseguir inventar la bombilla, Edison llevo a cabo más de diez mil intentos fallidos.
Cuando le preguntaron por esos fracasos, dijo: “I have not failed. I’ve just found 10,000 ways that won’t work.”
Es decir:
No he fracasado, solo he descubierto diez mil maneras que no funcionan.
