¿Quieres sorprender a tu familia? Te propongo una receta que triunfa tanto con los más pequeños como con los que ya no lo son tanto.
¡Unas deliciosas croquetas caseras de pollo!
Casi me parece oírte decir: “¿pero por qué voy a perder el tiempo en hacer croquetas, si las puedo comprar precocinadas?”.
Te aseguro que ganarás en sabor y calidad, pero lo más importante es que puedes prepararlas con los peques y eso las hará únicas y extraordinarias.
Además, mira que buena pinta:
De acuerdo, tal vez no tengan una forma tan “perfecta” como las que te venden ya hechas en el súper.
Pero créeme, el sabor no es comparable.
Por cierto, ¿sabías que las croquetas son un plato universal? Cada país tiene su propia versión. Hay variedades de croquetas de la India, del Japón, de Hungría, de Holanda y de un montón de países más.
Nosotros vamos a aprender a hacer las típicas croquetas caseras de pollo. Luego podrás usar esta receta como base para preparar cualquier tipo de croquetas, ya sean de jamón, de champiñones con cebolla o incluso tus propias creaciones.
¡El único límite es tu creatividad!
Para hacer croquetas caseras de pollo necesitas…
- una pechuga de pollo
- 1 o 2 cebollas grandes
- 70 g de harina o maicena
- 25 g de mantequilla
- 400 ml de leche (2 vasos, más o menos)
¡Manos a la obra!
El proceso para hacer croquetas caseras de pollo se puede dividir en 3 partes:
- Preparar el relleno
- Hacer la salsa bechamel
- Darle forma a las croquetas
Vamos a ver cada paso en detalle.
1. Prepara el relleno
Trocea la pechuga de pollo y la cebolla, y luego cocínalas en una sartén.
También puedes hacerlas en el horno, con lo cual usarás menos aceite y tus croquetas quedarán más saludables.
Una vez tengas hecho el relleno, resérvalo de momento y pasa al siguiente paso.
2. Haz la salsa bechamel
En un cazo pon la mantequilla y deja que se derrita a fuego lento. Añade la harina y remueve continuamente para que no se te queme.
El truco es echar la leche poco a poco y no dejar de remover.
Cuando hayas añadido toda la leche, sigue removiendo hasta que se vaya espesando.
¡Ya has conseguido lo más difícil!
Ahora añade la salsa bechamel al relleno que hiciste en el paso anterior. Dale unas cuantas vueltas y deja que se enfríe.
Pon la mezcla en un recipiente no muy alto, por ejemplo una fuente o un tupper alargado. Déjalo en la nevera durante 5 o 6 horas, o bien toda la noche hasta el día siguiente.
3. Dale forma a tus croquetas
Saca de la nevera la fuente con la mezcla, y ahora dale forma de croquetas con ayuda de un par de cucharas.
Esta es la parte de los niños. ¡Ellos estarán encantados de ayudarte!
Una vez que los peques les hayan dado forma, pásalas por huevo y después rebózalas con pan rallado.
Solo te falta pasarlas por una sartén, o mejor aún, mételas en el horno con un chorrito de aceite.
Mientras que se hornean, los niños pueden colaborar poniendo la mesa. De esta manera los pequeños participan y de paso adquieren el hábito de colaborar en las tareas cotidianas de la casa.
Por cierto, te recomiendo que aproveches para hacer mucha masa. De este modo podrás guardar lo que sobre en el congelador ¡y comer croquetas caseras cuando quieras!
¡A comer!
Las croquetas caseras de pollo son ideales para una cena rápida o para un fin de semana.
Las podemos acompañar de espinacas y de trocitos de tomate fresco. De esta manera combinamos una cosa que a los peques les gusta mucho (las croquetas) con algo que suele costarles un poquito más de comer (las espinacas).
¿Cómo han quedado tus croquetas? ¿Las has hecho de pollo, o bien te has lanzado con alguna variación de tu propia inventiva?
Espero tus comentarios con ilusión. 😉
¡Hasta pronto y buen provecho!