Antes de que se acabe el verano y nuestros pequeños vuelvan al cole y a sus rutinas diarias de invierno, es bueno que disfruten con las cosas simples pero necesarias para que la infancia sea feliz.
¿Qué cosas son esas tan importantes que hay que hacer en verano?
Son las pequeñas cosas que hacen que la vida sea maravillosa, las cosas sencillas que no se pueden comprar.
Por ejemplo…
- disfrutar de una tarde de lluvia…
- montar en bici (y conseguir ir sin rueditas)…
- hacer juegos de agua en la terraza…
- perseguir burbujas de jabón…
- ¡o bañarte en el mar de noche y aullar a la luna!
Si todavía no las has hecho, no pierdas la oportunidad…
La importancia de las pequeñas cosas
Tal vez algunas de estas cosas te parezcan obvias o absurdas, pero creo que son necesarias… no, imprescindibles para forjar una infancia feliz.
Todavía es verano, así que aprovecha para realizarlas AHORA.
Tal vez no has hecho vacaciones aún o no podrás hacerlas este verano.
¡No importa! Eso no es excusa para no disfrutar de estas pequeñas cosas que nos regala la vida.
Ver la cara de felicidad de tus hijos no tiene precio, y poder ser protagonistas con ellos tampoco.
No esperes a que las condiciones sean ideales: haz que todo encaje en la improvisación, o aprovecha las adversidades para transformarlas en oportunidades.
¿Los insectos no te dejan en paz? Intenta atrapar uno para observarlo.
¿Hace un día lluvioso? Disfruta de la sensación que provocan las gotas frías resbalando por tu cuerpo y por el de tus peques.
No te quedes en casa mirando tras las ventanas. ¡La naturaleza te da la oportunidad de disfrutar y vivir esta sensación!

Participa de la vida: oportunidades espontáneas del verano
Cualquier oportunidad es válida.
¿No tienes tiempo de ir a la playa o a la piscina?
No importa: coge unas toallas, un cubo con agua y sal al jardín (o a la terraza, o al patio…). ¡Improvisa unos juegos con agua!
La diversión está asegurada. Y las tardes calurosas de verano pasarán mejor.
¡Te doy más ideas de juegos espontáneos!
Repasar las letras con pistolas de agua
Si tus niños tienen pistolas de agua les será muy divertido escribir en el suelo las letras, sus nombres o cualquier palabra usando el chorro de agua de las pistolas.
Este juego funciona muy bien sobre la tierra seca o la arena.
El juego del delfín
Con las pistolas de agua mirando al cielo, se trata de imitar el chorro de un delfín… ¡a ver quién lo hace más alto!
Las sombras de Peter Pan
Jugar con el sol a hacer sombras: con las manos, con el cuerpo, con diversos objetos…

Además de ser entretenido, esto les puede servir a los más pequeñines para descubrir su propia sombra. Así irán tomando conciencia de si mismos.
Burbujas de jabón
¿Quién no ha perseguido burbujas de jabón? Tú mismo puedes hacer el preparado de jabón para las burbujas, o bien comprar uno de esos que venden en cualquier sitio.
Todo listo: ¡a perseguirlas!

Sesión de yoga o de equilibrios
Solo necesitas tu cuerpo y respirar con profundidad. Busca un sitio tranquilo y… ¡fuera zapatos!

Ya estás listo para hacer yoga o una sesión de equilibrios. ¡A los niños les encanta!

Escapada improvisada a última hora de la tarde
Para mí la mejor hora para disfrutar de un chapuzón en la playa es a última hora de la tarde, cuando ya queda poca gente…

El agua está tranquila y caliente, o al menos no está tan fría. La sensación es como la de estar en una isla. ¡Los más peques disfrutarán tanto como si se hubieran pasado todo el día en la playa!
La merienda al aire libre
Merendar al aire libre antes de una sesión de patinaje o de una vuelta en bici por la tarde puede ser una experiencia inigualable.
Sesión de patinaje…

…y sesión de bici.
Con un poco más de tiempo…
Si dispones de un día completo (o al menos de una tarde) puedes experimentar con alguna de las siguientes actividades.
Requieren un poco más de preparación previa ¡pero valen la pena!
El juego del pirata malo con cara de palo
Pueden ser piratas, egipcios o cualquier tipo de personajes que sirvan para ambientar la búsqueda de un tesoro.
El juego consiste en esconder un tesoro para que los peques lo encuentren. El tesoro puede ser la merienda, unas golosinas o cualquier otra cosa.
Solo tienes que hacer un mapa (no es necesario que sea muy complicado) y preparar algunas pruebas para que los pequeños las superen y obtengan pistas para encontrar el tesoro.
Subir a la cima de una montaña
Subir a la cima de una montaña será muy divertido siempre que vayáis bien preparados: gorras, crema de sol y mucha agua, que en verano hay que hidratarse bien.
Una vez en la cima puedes disfrutar del paisaje, de las aves, rodar por la montaña como una croqueta y hasta puedes tener una grata sorpresa si te encuentras con algunos animales en libertad.



Pasar la tarde entre hinchables
Puedes llevarlos a pasar la tarde para que se suban a los hinchables de las ferias o de los parques.
Si los hinchables están al aire libre asegúrate de que no queman, ya que en verano están expuestos al calor del sol todo el tiempo.

Y tú, ¿qué crees que debe hacer un niño en verano para ser feliz?
¿Te atreves a dejarme un comentario y me lo cuentas?
Te animo a que lo hagas, ¡sé valiente y compártelo conmigo! 🙂